domingo, 28 de enero de 2018

Dónde está mi mente.

A la gente le da miedo el silencio. Temen encontrarse con sus miedos y con sus sueños sin cumplir. Temen hacerse preguntas para las que todavía no han hallado respuesta.
A la gente le preocupa el vacío por eso lo llenan con palabras, sexo y alcohol. Les asusta tomar decisiones porque todas y cada una de ellas causan un impacto que marcará un antes y un después.
A la gente le paraliza la ausencia de libertad cuando ni siquiera se han planteado que es la libertad. Libertad es elegir. Cuando decidimos estamos creando nuestra propia libertad.

A mí me gusta el infinito del mar y perderme en las puestas de sol. Que me ensordezca el eco de las olas y los tonos anaranjados me acaricien las mejillas. Las carcacajadas que hacen que se nos cierren los ojos y se nos abran las ilusiones. Me gusta ir más allá sabiendo que siempre puedo regresar aquí.

La gente no se atreve a creer en la magia y yo sin embargo la busco y la encuentro en todas partes.






viernes, 26 de enero de 2018

viernes 26

Establece límites cuando sea necesario,
pero aprende con los ojos a diferenciar los momentos.
No te engañes, ni el miedo ni la inestabilidad son infranqueables,
el hecho los destruye. Así que deja que lo que duele
acabe por quemar lentamente hasta que no quede nada por doler.
Duélete y que te duelan. Luego vuela.

jueves, 4 de enero de 2018

A mis veintiséis

A mis veintiséis aprendí que lo habitual es que reine lo efímero. Que la felicidad son momentos y no un estado perenne. Que no hay una persona superior a la otra sino que simplemente es cuestión de afinidades. Que lo sencillo puede volverse tedioso o interesante según las circunstancias y que uno mismo rompe muros o construye barreras con sus actos y palabras. Aprendí a respirar creyendo que me faltaba el aire. Alejé fantasmas y dibujé paredes entre corazones. Me reinventé con los pedazos servibles que de la historia quedaron y aprendí que no solo basta con creer con los ojos cerrados, que si los cuentos tienen final no se puede escribir lo contrario.

martes, 2 de enero de 2018

M.a.g.i.a

Una sonrisa que incendie, una mirada que duela sostener, unas manos que agarren, el olor que jamás olvidas, los susurros que acarician, los brazos que arropan...
Los sueños compartidos, los juegos de niños sin serlo, las canciones que se escuchan en bucle una y otra vez porque endulzan y te incitan a soñar. Las puestas de sol, los silencios que abrazan, las confesiones que sonrojan las mejillas, el hormigueo incrontrolable en el estómago, los besos edulcorados y hasta los castillos en el aire.
Los pies descalzos, la arena de la playa, las sábanas recién cambiadas, la lluvia en la ventana, los domingos de manta y sofá, el final de un libro de madrugada, un lunar sugerente, las pestañas largas en unos ojos profundos, un café con leche cucharada a cucharada, el pelo revuelto y las ideas en orden, el lugar al que siempre queremos volver una y otra vez sin importar el cómo y el cuándo.
 
A eso le llamo magia.

He vuelto a ese lugar

No puedes evitarlo y recuerdas con excesiva nitidez tu cara oculta entre tus manos empapadas de lágrimas. Las sábanas, los recuerdos, el fut...